Durante toda la mañana el sol ha estado luciendo en lo alto sin nubes y calentando el ambiente. Te has ido quitando ropa a medida que el sol ganaba en altura y, después de comer y de la preceptiva siesta, has decidido aprovechar la tarde paseando cerca.
Poco a poco te das cuenta de que, desde una esquina del cielo, se va aproximando una mancha oscura que va cubriendo el sol rápidamente.
De repente oyes el primer trueno y no te lo puedes creer. Si tienes suerte y estabas cerca del coche te refugias, si estabas en un pueblo buscas cobijo en un bar y decides que ha llegado el momento del té.
Al cabo de media hora el cielo, misteriosamente, empieza a abrirse de nuevo. La lluvia sigue cayendo pero lejos de donde te habías parado.
Cuando este espectáculo lo repites en distintas ocasiones llegas a la conclusión de que es un mecanismo de riego establecido para casi cada día y casi a las mismas horas. Era lógico, algo tenía que haber para que el paisaje estuviese tan verde.
Tormenta de verano en Llivia
24 x 38 cms.
He seguido con La Carte disfrutando con los grises y colores neutros. Ya habrán otras ocasiones donde reventar el papel con colores vibrantes.
Incluso con el solo uso de estos tonos grises, y de la situacion corre que nos pilla la tormenta...logras darle a esta imagen de una gran vivacidad.
ResponderEliminarCongratulations.
Sita