Paisajes inesperados (4)

Sigo con recuerdos que nacieron en días en los que la temperatura era más elevada y las mangas de las camisetas más cortas.

Digital.

Paisajes inesperados (3)

Ahora que el verano ya ha empezado a despedirse, me llega el recuerdo de un campo de amapolas.

Digital.

Paisajes inesperados (2)

Este surge de retornar mentalmente a un rincón cercano al Congost de Mont-Rebei.

La duda apareció cuando, después de pintarlo, quise probar si, jugando con el cromatismo de la imagen y algunos cambios, llegaba a otro lado.

Ya que tanto el resultado inicial como el de la prueba tenían alicientes (al menos para mí), he decidido compartir ambos, y que cada cual se quede con sus preferencias personales.

Digitales con Corel Painter.

Árboles de chuches

No es posible encontrar bosques de este tipo de árbol, ya que los individuos de esta especie prefieren la soledad. Además, no parecen guardar ninguna relación con los campos de las famosas flores de noche, pero hay quien sostiene totalmente lo contrario.

Digital con Corel Painter.

Flores de noche

Son extremadamente difíciles de observar, especialmente en aquellas noches en las que no hay nada de luna, y tampoco se dispone de una linterna; desafortunadamente cuando hay luna, aunque sea poca, no florecen.

Digitales con Corel Painter, resultado de probar automatismos poco normales con pinceles de partículas.

Como es normal, había unas decenas más de flores de noche, pero, al final, solo he expuesto las más representativas dentro de la categoría de las que carecían de perfume.

Paisajes inesperados

Son aquellos que te encuentras en un recodo de la memoria cuando estás intentando recordar como era aquel sitio que tanto te gustó. Al final, como es normal, terminas mezclando recuerdos e imaginaciones placenteras.

En este caso, todo empezó recordando la fageda de la Grevolosa.

Digital con Corel Painter.