Hay troncos que invitan a acercarse a ellos buscando su lado soleado o su sombra, según se requiera, y dedicarse un rato al descanso y a la contemplación del paisaje. Eso sí, con intensidad, no sea cuestión de que alguien pase por allí y, no sabiendo a quien criticar ese día, nos señale diciendo que no hacemos nada de provecho.
Si además se tiene un botijo de agua fresca al lado, entonces solo se requiere que la imaginación vuele al lado de aquella abeja que tampoco tiene prisa en volver a la colmena y que, zumbando de flor en flor, justo al lado de ese mismo tronco, aparenta estar recolectando néctar.
Corel Painter y algún retoque de contraste y compresión con PS Elements.
Casi nunca, por no decir nunca, utilizo las herramientas de clonar que proporciona Corel Painter.
No porque no sean buenas, ya que son más que buenas. Sino porque me parece que facilitan excesivamente el trabajo.
No obstante, a veces, partir de una fotografía y empezar a jugar con ella con estas herramientas, es una manera bastante rápida de obtener una primera idea de lo que uno quiere hacer en términos de composición.
Este ha sido uno de esos casos en los que, sin pensarlo dos veces, me ha parecido conveniente compartirlo para mostrar que se puede hacer con Painter sin rascarse mucho la cabeza.
Hay auténticos maestros en este tipo de herramientas, sobre todo jugando con fotografías donde aparecen personas o rostros.
En este caso, el juego ha sido sobre una fotografía tomada cerca de Santa Fé del Montseny, camino de las rocas de Morou.
Digamos que, siguiendo con este caso, es una manera de animar a quien pueda estar interesado con la pintura y el dibujo digital, viendo que puede obtener resultados rápidos que animan a seguir aprendiendo.
Todo ha sucedido en una mil micro millonésima de segundo (si tal cosa existe y se puede medir)
La sobrecarga se ha concentrado en la capa del fondo y ha ido avanzando.
A medida que se acercaba la nube de tinta, la bandada de puntos ha levantado el vuelo y se ha ido alejando tanto como podía.
La mano, atónita, solo podía contemplar impotente como el dibujo se iba oscureciendo.
Origen parecido al de Tintas tontas
Corel Painter
Así lo contó el poeta.
Aunque, a veces, uno llega a un punto donde sabe que, de rodillas para abajo, el precio a pagar por abrir camino va a ser recordado durante algún tiempo. Es lo que tiene caminar, y arriesgarse a continuar cuando no está claro el camino a seguir.
La esperanza es llegar donde el camino sea más agradecido, el sol vuelva a asomar la cabeza, y, con suerte, haya un tronco donde recostarse un rato y beber agua fresca de un botijo.
Puestos a pedir, al inicio de la travesía, podría sonar el "One step beyond" de los Madness.
Corel Painter. Un rato construyendo un pincel que me ahorrase pintar cada brizna, algún detalle escondido (buscar como quien buscaba a Willy) simulando impasto, y muchos recuerdos de rozaduras en los tobillos.
Aunque pasemos semanas preocupados por la falta de lluvia y sus consecuencias, el día que empieza a llover, aunque solo sean cuatro gotas, no pasan diez minutos y empezamos a quejarnos de las molestias.
Si además acompaña alguna ráfaga de viento, el desastre adquiere proporciones catastróficas.
Y acercando la nariz al cristal..
Corel Painter, un marco de ventana, y una nariz pequeña.
Esta es una excursión que puede calificarse de familiar. Camino sencillo y paisaje agradable. Creo que las mejores épocas para visitar este recorrido son la primavera y el otoño.
No voy a dar muchas más pistas. Tampoco es cuestión de que la zona se llene demasiado, especialmente de gente poco civilizada que no haya aprendido a respetar la naturaleza, y que crea que luego pasa alguna brigada municipal para ir limpiando lo que ellos dejan. No obstante, si alguien quiere esas pistas, estoy más que dispuesto a compartirlas, aunque de forma menos pública.
Esta es mi personal interpretación de una parte de esa excursión.
Trabajo realizado con Corel Painter, con especial atención en texturas que me recordasen ciertos aspectos del paisaje.
Hay días en que todo cuesta más de lo normal. Como si la fuerza de la gravedad se hubiera multiplicado por dos, o por tres.
En esos días, en los que parece que desde el Sahara haya llegado una nube de polvo, lo mejor es colocarse una paja entre los labios y confiar en que escampe.
Corel Painter. Nubes y texturas. Algo de polvo y mucha paja.
Cuando era niño recuerdo haber encontrado en la playa trozos de cristal erosionado por el mar que llamaban la atención y, durante algunas semanas ocupaban un espacio en mis bolsillos, o en algún cajón de la casa.
No recuerdo la última vez que encontré, pero estoy seguro de que de eso hace mucho tiempo. Aparentemente el mar tardaba entre 20 y 30 años en crear uno de esos trozos pulidos.
Recordando como eran, he intentado imitar aquella textura y transparencia en una pintura digital. Seguro que no eran así, pero la imaginación es libre, sobe todo cuando uno intenta recordar hechos de su niñez.
Corel Painter y efectos especiales (lentes líquidas) encontrados en los plug-in dinámicos de capa.
Creo que todo el mundo conoce como sigue, pero no tengo claro si, en nuestro caso, las moscas eran simples moscas, si quedó algo de miel, y si las obreras del panal no salieron excesivamente perjudicadas.
Corel Painter, con diversas capas construidas gracias al efecto de crecimiento creativo.
