Haciendo un ejercicio de ficción visual, imaginemos un paisaje en el que hay una piedra que, como la de la pintura, por la razón que sea, destaca respecto al resto. Si pudiéramos acelerar el tiempo sin movernos de ese enfoque, podríamos ver que todo a su alrededor va cambiando pero no la piedra (al menos, generalmente, en un espacio de tiempo menor de un año). Atardecer, anochecer, el color de la hierba y de las hojas en cada estación.
Y la piedra allí. Sin moverse. Como si todo lo que sucede a su alrededor no tuviera ninguna importancia. Tarde o temprano, todo volverá a repetirse de una u otra forma (colores, viento, temperatura)
Una piedra en el camino
30 x 45 cms.
Trabajo realizado con papel La Carte.
La novedad que he querido experimentar en este caso, ha sido aplicar toda una primera capa de pastel con colores cercanos a los violetas, e intentar que en algunos puntos aparezcan estos colores sin haber sido tapados por completo por capas posteriores de pastel. Para poder apreciarlo, supongo que hay que aumentar bastante la imagen de tamaño e ir buscando esos puntos. La idea era contraponer esos colores al verde predominante de todo el trabajo para que el ojo de cuando en cuando encuentre alguna novedad.