martes, 29 de abril de 2014

Polillas y farolillos

Ya estamos en uno de esos periodos en los que algunos se apresuran a colocar los farolillos de luces para ir atrayendo a las polillas.

Farolillos de colores atrayentes, sugerentes, y prometedores de todo tipo de futuros felices. 

Farolillos que permanecen convenientemente guardados para que no se llenen de polvo, mientras no haya que hechizar polillas.

Las polillas, olvidadizas como son por naturaleza, no recuerdan que hace tiempo ya vieron esos farolillos con unos colores muy parecidos que brillaban con igual intensidad.

Incluso nadie parece recordar que algunas polillas se acercaron demasiado a algún farolillo y no se las volvió a ver.

Los faroleros, auténticos profesionales en el arte de colocar los farolillos donde se puedan atraer más polillas, han estado puliendo los cristales y sacando el polvo de los metales.

Las polillas revolotean de farolillo en farolillo. No todas las luces son igual de atrayentes, y cada una va y viene entre dos o tres farolillos como mucho, deseando que esa luz sea la verdadera, la más cálida y amable.

Algunas no revolotean ni tampoco se acercan a ningún farolillo. Dicen los expertos que puede que sea un síntoma de agotamiento ocular, y que tendrán que crear una comisión para investigarlo. Todo ello con el objetivo de tener una solución preparada para el futuro periodo de colocación de farolillos.

Mientras, las polillas, nuevamente hechizadas, vuelan y vuelan, esperando que, cuando se apaguen estos faroles en esta ocasión, no sea de forma definitiva, y que, en el futuro, vuelvan a colocar y encender nuevos farolillos para ser atraídas. 

Las polillas, aunque olvidadizas, nunca pierden la esperanza. Si tienen que desaparecer dentro de unos de esos farolillos, que haya sido porque pensaban que ese farolillo merecía la pena.






Polillas y farolillos


Trabajo inspirado en lecturas de la prensa dominical y completamente realizado con Corel Painter X3.





viernes, 25 de abril de 2014

Cañas y barro


Cerca del aeropuerto de BCN se han ido creando una serie de espacios naturales dominados por marismas.

Esta pintura encuentra su inspiración gracias a una pequeña caminata en uno de esos espacios.

La visita y el paseo merecen la pena. No solo es una buena oportunidad para ver pájaros de pluma desde lugares especialmente preparados para ello, sino que también se puede disfrutar del aterrizaje o despegue de los pájaros de metal que anidan cerca.





Cañas y barro
30 x 30 cms.


El trabajo no presenta grandes novedades técnicas respecto a los últimos sobre PastelCard. En todo caso, merece la pena subrayar el esfuerzo con el que he intentado dar un efecto de pintura a la acuarela al cielo, aunque se haya pintado con pasteles.

viernes, 18 de abril de 2014

Ondas en blanco y negro




Ondas
37 x 55 cms.


El paso de los meses me ha proporcionado una nueva hoja de calendario y la oportunidad de jugar de nuevo con los carboncillos.

viernes, 11 de abril de 2014

Los girasoles

Aprovechando una petición que tenía pendiente y, teniendo en cuenta que hacía días que los grises mandaban en la paleta, he dejado que algunos colores reventaran el papel.

Vicente los pintó medio mustios en un jarrón y se han llegado a pagar muy bien. Creo que Joaquín no los pintó en detalle nunca (seguro que era más de geranios). Así que yo he preferido dejarlos vivos y buscando el sol que es lo suyo.

En el sur de Francia te encuentras campos como el que he pintado en esta ocasión. Alguna vez he tenido la sensación de que, saliendo de París, en cuanto el sur se empieza a percibir en el aroma, aparecen los campos de girasoles y ya no te abandonan hasta llegar a Perpignan.





Girasoles
40 x 33 cms.


Trabajo sobre Pastelcard y mayoritariamente con pasteles Rembrandt.

Después de las miniaturas anteriores, dejar que la mano recorra distancias mayores de 5 cms. se ha parecido bastante a una terapia de rehabilitación.

No reniego de las miniaturas, ya que seguro irán apareciendo a medida que hayan existencias de papel de esas medidas, pero cuanto mayor es el soporte mayor es la dicha. Seguro que tiene relación directa con la cantidad de superficie ensuciada.

viernes, 4 de abril de 2014

Dos nubes y yo

Dos nubes se encontraron y de mucho discutieron.
Sus argumentos eran distintos y sus objetivos inciertos.
Tan fuertes eran sus razones que el fragor era tremendo.
Poco a poco el sol se fue, asustado por todo ello.
Yo, debajo, recordé,
que al paseo fui sin paraguas, ni botas, ni chubasquero,
viendo bien pronto y claro,
que escapar no podría de semejante aguacero.





Dos nubes y yo
8 x 7,5 cms


Alegoría reflejada en otra miniatura con un trozo de PastelCard.