No soy nada partidario de las celebraciones masivas en las que parece que, con cumplir un día al año, hemos satisfecho la obligación.
No obstante, de entre las muchas que hay (creo que cada día se celebra algo con carácter mundial e imprescindible), la fiesta del libro parece facilitar algo la lectura (probablemente la única en muchos casos hasta la misma fecha del año siguiente) a todos aquellos a los que les cuesta un poco el sano ejercicio de leer cosas que no sean noticias o mensajes electrónicos.
Puede que alguien, alguna vez, intente que en lugar de un solo día, la celebración dure una semana completa alrededor de los libros, para demostrar que la letra también sin sangre entra.
Digital con Corel Painter.
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