Las hojas del otoño que han ido cayendo y acumulándose a lo largo de la ladera están siendo iluminadas por el sol que se cuela a través de los árboles. Y a tu izquierda, aparece ese río de hojas muertas que brillan casi como el mismo sol.
A tus pies tienes una alfombra de hojas, y aunque el río te cautiva, las sombras del bosque que tanto rato llevas viendo han dejado tu cuerpo necesitado de calor.
Solo hay que seguir caminando. Pronto la luz calentará tu cuerpo y recordarás que viste un río de hojas.
Trabajo sobre papel La Carte (40 x 30 cms) inspirado en un pequeño paseo que existe cerca de Albarca.
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