Pintar con pasteles solo precisa básicamente
de 2 elementos, un soporte, generalmente papel, y pasteles secos.
Si hablamos del papel, podemos encontrar
distintos tipos de papeles. Cada uno de ellos permite una forma o varias formas
de extender el pastel y, a veces, también obliga a trabajar de una determinada
manera.
Lo más importante es tener en cuenta que al
extender el pastel sobre el papel, éste se va rellenando del polvo que desprende
el pastel, por lo que, dependiendo del tipo de papel, la aplicación de
sucesivas capas de pastel puede ser muy difícil o muy sencillo.
Podríamos dividir los distintos papeles en
dos grandes grupos, dependiendo de si son abrasivos, y soportan muchas capas de
pastel, de los que no los son.
En la categoría de los no abrasivos, uno de
los primeros papeles que se suele utilizar es el Canson Mi-Teintes. Ese tipo de
papel que además se puede encontrar con multitud de colores, exige una
aplicación muy suave de los pasteles, ya que su textura no admite varias capas
sucesivas.
Dentro de esta misma categoría podríamos
incluir los Fabriano, y multitud de papeles que, creados inicialmente para
otros propósitos sirven perfectamente para pintar al pastel.
Todos ellos comparten la característica de
poseer una cierta textura, que debe ser tratada con cuidado para evitar que el
pastel no pueda seguir adhiriéndose al papel por estar saturada la superficie
del mismo.
A veces, se puede trabajar con estos papeles
en sucesivas capas de pastel mediante el uso de un fijador. Siempre es
preferible usar productos de calidad, pero en el caso del fijador es imprescindible.
Un fijador de poca calidad oscurece mucho los colores, circunstancia que a
veces puede ser interesante como recurso técnico en alguna zona de la obra,
pero no como sorpresa al terminar un trabajo.
En general, es conveniente evitar el uso de
fijador en la última capa de la pintura, pero una ligera aplicación de un
producto de calidad evita que se vayan desprendiendo partículas de polvo en el
cristal que protegerá la pintura.
Los papeles abrasivos como ya he comentado,
permiten más alegremente la aplicación de sucesivas capas de pastel sin fijador.
Dentro de esta categoría uno de los más conocidos es Sennelier la Carte, aunque
también podemos encontrar Pastelmat, Canson Touch, Art Spectrum, UART, Wallis y
otros.
Muchos se fabrican en distintos colores,
otros en una gama de uno o dos colores únicamente. Las diferencias más
importantes las encontraremos en la facilidad para extender, difuminar o hacer
mezclas de colores, y en la capacidad que tienen algunos de ellos en soportar
técnicas húmedas en el inicio de la pintura.
No todos los papeles se pueden encontrar en
el mercado con la misma facilidad, pero siempre queda el recurso de poder
comprar por internet.
Sin querer alargar demasiado este tema, opino
que al final cada uno va eligiendo, dentro de lo que fácilmente puede
encontrar, aquello que más le gusta o se adapta a su manera de pintar.
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